26 febrero 2012

Lecciones de una rama seca

No odies a quien, aparentemente, te haya hecho daño, pues ese dolor era necesario.

No odies a tu supuesto enemigo pues él se nutre de tu rencor y tu odio. Tu supuesto enemigo precisa de tu rabia para existir; no le alimentes. Si le ignoras, y aun, si eres capaz de amarle, desaparecerá y con él se marchará el dolor causado.

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1 comentario:

  1. Una buena amiga se preocupa por mí después de haber leído esta entrada. Y esta es la respuesta que quiere tranquilizarla a ella y a quienes os preocupáis por mí:

    "Otro comentario que tenía pendiente hacerte era sobre mi última entrada en el blog de la Tertulia. Me dijiste que te había entristecido y no comprendo por qué, pero puedo asegurarte que no hay ningún motivo para la tristeza en él, aunque comprendo que quizá, al estar descontextualizado, te haya llevado a pensar que me ha ocurrido alguna cosa, pero no es así.
    Voy a intentar explicártelo si me prometes que no me tachas de loca.
    Tú ya sabes que yo tengo una relación muy íntima con la Naturaleza y que aprendo de Ella muchas cosas. Pues bien, esa entrada del blog me la sugirió algo que me ocurrió en el monte, pero previo a ello, había releído algunos capítulos del libro Las voces del desierto (aquellos que hablan de la curación por el pensamiento) y ahora estoy leyendo otro (es una novela) que habla de un ungüento que cura las heridas a través del instrumento que las provoca.
    El caso es que con todas estas cosas en la cabeza me fui al campo. En un momento dado, subiendo por una ladera escarpada, le di un tremendo golpe con la espinilla a una rama seca cuya punta rota apuntaba a la senda. Lo normal hubiera sido despotricar y maldecir a la rama o a mi torpeza o a las dos cosas; pero en lugar de ello quise aprender la lección y puse una mano amorosa sobre la rama y la otra mano sobre mi pierna y, casi por arte de magia, el dolor fue remitiendo rápidamente. No tengo que explicarte cómo duelen los golpes en la tibia, de hecho hasta me sangró, y sin embargo no volví a acordarme del golpe salvo para recordar la lección aprendida que quise plasmar luego en una entrada del blog, relacionándola con las cosas que nos pasan en la vida y nuestras relaciones con los demás.

    Bueno pues ahora ya sabes de dónde procede ese texto y yo seguiré aprendiendo y compartiendo, pero espero no preocupar a nadie..."

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